
Después de algunas vueltas y mucho sudor de sus antiguos dueños, ahora es tan solo un adorno

Con algo de agudeza y mucho zoom , vemos una liebre preparando su salto definitivo para la huida

Un rinconcito de recuerdo, como dice la placa, a nuestro amigo Curro, un regalo, un gran detalle que valoramos quienes pasamos ratos con él, y también quienes le echan de menos en su trabajo.